Mensaje en una botella para mi suegra

Posted by Andoni

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Bueno aquí dejo un cuento para participar en un certamen literario de la página amiga turismodevino.com. A ver qué os parece: 


Beber con moderador 


Sentado en la barra del bar, me entró un arranque de risa que dejó a todo el mundo perplejo. La televisión rezaba un mensaje tras la aparición del anuncio de una conocida bebida espirituosa: “Beba con moderación”. Nadie entendía mis carcajadas, normal. Lo que me había acarreado aquel ataque de risa era un chiste fácil que me vino a la mente al ver dicho mensaje en la pantalla: “Más que beber con moderación, hay que beber con moderador”. Y a partir de ahí, el alborozo.

Hacía ya unos cuantos años, siendo más joven, acudí con mi mejor amigo el veintiuno de diciembre a San Sebastián, atraído por la fiesta de Santo Tomás, muy celebrada en la capital guipuzcoana. La juerga y su pertinente borrachera eran dignas de recordar. Entre chistorras, las botellas de sidra caían sin cuenta. En un bar, se me ocurrió una gran idea. Escribiría una carta para mi suegra. Pedimos papel y bolígrafo le dije a mi compañero que escribiera, mientras yo dictaba en voz alta.

- Querida bruja de suegra. El otro día, después de que tú y el muermo de tu marido salierais de vuestra casa mirándome mal, hice el amor con vuestra hija en vuestra cama. Firmado el campeón de tu yerno.

Volvimos a casa en autobús, responsablemente. Metimos la carta en una botella y la tiramos al jardín de mis suegros, donde se perdió entre los vastos rosales. En aquel momento me pareció la idea más divertida de la historia. Aunque no sospechaba que a la mañana siguiente desearía que la tierra me tragase. A mí y a la botella. Por suerte no volví a saber nada del tema hasta que lo olvidé.
Dos años más tarde, llegó la sorpresa de la mano de mi mujer. Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: “Es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo y quiere hablar contigo”. Palidecí al recordar.

- Oye, ¿a qué ha venido esa carta en una botella?

- Verás… -titubeé.

- Mira que eres tonto, me has alegrado la tarde. Tu suegra favorita. ¡Como si tuvieras otra! Qué ocurrencias tienes…

Cuando colgué el teléfono llamé a mi amigo y le dije una sola palabra:

- ¡Gracias!